Si eres un amante de los videojuegos retro, seguramente te encantará conocer más sobre Norseman, uno de los títulos más emblemáticos de la consola Philips Videopac.
Lanzado en 1983, este juego nos transporta a la era de los vikingos, donde la aventura y la estrategia se combinan para ofrecer una experiencia única.
Norseman destaca por su jugabilidad sencilla pero adictiva. En el juego, controlas a un valiente guerrero vikingo que debe navegar por diversos escenarios, enfrentándose a enemigos y superando obstáculos para alcanzar su objetivo. La misión principal es recolectar tesoros y recursos mientras evitas peligros y combates contra otros guerreros.
La Philips Videopac, también conocida como Magnavox Odyssey 2 en algunos mercados, fue una consola pionera en su época, ofreciendo gráficos y sonidos avanzados para los estándares de los años 80. Norseman es un excelente ejemplo de cómo los desarrolladores de la época aprovechaban al máximo el hardware disponible para crear juegos entretenidos y desafiantes.
A pesar de los avances tecnológicos y la evolución de los videojuegos, Norseman sigue siendo un título querido por los coleccionistas y aficionados a los juegos retro. Su simplicidad y encanto nostálgico lo convierten en una joya que merece ser recordada y disfrutada.
Si tienes la oportunidad de jugar Norseman en una Philips Videopac, no dudes en hacerlo. ¡Te garantizo que te transportarás a la época dorada de los videojuegos.
En 1984 se lanzó para MSX y puedes conseguirlo aquí.
Slam And Roll es un arcade de plataformas bidimensional de “pantalla única” (matizaremos esto más adelante) creado por Kaleido Games y disponible para PC en Steam, Xbox y Nintendo Switch, siendo esta la plataforma en la que lo hemos probado, en su versión 1.1.10.
Slam and Roll es un título que lleva bastantes años en desarrollo. Hemos podido seguir su evolución probándolo en ferias como Retro Parla. Si bien, en un principio podía parecer un clon de Snow Bros., el juego ha evolucionado hasta convertirse más en un homenaje, incorporando mecánicas que no estaban disponible en aquél, y que también lo convierten en una experiencia más consolera.
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Precisamente por ello, me enfrento a la que, quizás, sea la reseña más difícil que he escrito hasta el momento. Por conocer personalmente al autor. Por haber visto cómo crecía el juego. Porque quiero ser justo y honesto tanto con el autor como con los lectores, y no sé si seré capaz de transmitir mi idea sobre el juego en un puñado de párrafos sin que me lluevan palos de uno y otro lado, en un mundo en el que, por desgracia, estamos ya más que acostumbrados a que las palabras se retuerzan para sacarlas de quicio en uno u otro sentido. ¡Vamos allá!
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Probablemente nos aburriremos de ver esta pantalla, pero no es un juego injusto |
Lo primero que haremos al comenzar a jugar es seleccionar nuestro avatar. La mayoría de ellos no estarán disponibles desde un principio, ya que el objetivo del juego es recorrer las diferentes pantallas y acabar con los enemigos de final de etapa, que los tienen secuestrados. Cada avatar tiene unas características determinadas, que podemos amoldar a nuestra forma de juego, así como personalizaciones estéticas, que también iremos desbloqueando según avancemos.
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Un nuevo deportista liberado con el que podremos jugar |
Lo siguiente es escoger el modo de juego: El modo tour es el más consolero. Tenemos que superar cada pantalla (de las 112 diferentes) con una única vida, pero el progreso se mantiene una vez que la completemos. La puntuación de estrellas (desde tres hasta ninguna) dependerá del número de golpes que hayamos empleado para superar la pantalla. Hay que decir que, jugando a dobles, resulta más sencillo conseguir la máxima puntuación por motivos evidentes. El modo arcade es más parecido a esos clásicos como Bubble Bobble, Pang!, Tumblepop o el ya citado Snow Bros., donde dispondremos de un número limitado de vidas y créditos para completar las 53 pantallas. Hay un modo arcade difícil que, de primeras, está bloqueado. Y, por último, el modo caos, con una combinación de 20 pantallas que va cambiando cada 10 días.
La mecánica es sencilla de entender, pero difícil de dominar. Con nuestro personaje tendremos que dar “bolazos” a los enemigos hasta dejarlos atrapados en una “bola grande” (entendiéndose como “bola” el objeto correspondiente de cada uno de los diferentes deportes representados: hockey, fútbol, baloncesto, tenis, etc.). Una vez atrapado un enemigo, le damos un golpe a la bola y esta empezará a rebotar por la pantalla, llevándose por delante todo lo que pille. Si somos lo suficientemente hábiles, tal y como avanzábamos, para limpiar la pantalla de enemigos de un único golpe, conseguiremos las tres estrellas.
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Casi... pero no hemos conseguido la perfección en esta pantalla |
Acabar con los enemigos también nos permitirá recoger, si llegamos a tiempo, diferentes objetos que potenciarán nuestras habilidades. Pero, ojo, el efecto de esos potenciadores desaparecerá en cuanto nos maten.
No obstante, si es la primera vez que jugamos, tenemos la oportunidad de seguir un tutorial en el que, el Dr. McLabby, nos mostrará las diferentes mecánicas disponibles.
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Se agradece un tutorial rápido para conocer las mecánicas |
Las diferentes pantallas tienen como escenario distintas localizaciones geográficas a lo largo y ancho del planeta. Resulta imposible no acordarse de Pang!. La cuestión es que las pantallas suelen contar con bastantes plataformas, así que el trabajo gráfico con los fondos queda algo deslucido, ya que no se pueden apreciar en todo su esplendor.
En el modo tour, no todas las pantallas estarán disponibles; algunas tendremos que desbloquearlas mientras jugamos. Además de las siete zonas, hay una octava zona oculta que sólo resultará accesible cuando hayamos recolectado una cantidad mínima de estrellas.
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Esta es la forma de obtener objetos secretos (y desbloquear pantallas) |
Precisamente esa última zona oculta es la que más nos ha gustado, aunque todavía no hayamos conseguido completarla (y, por tanto, el modo tour). Su diseño de niveles se aleja de la “acción monopantalla” y se acerca más a un plataformas de acción, en el que tendremos que ir planificando y memorizando los siguientes pasos para superar cada pantalla. ¿Quizás podría ser el germen de una secuela?
A diferencia de los títulos clásicos que mencionábamos en el primer párrafo, Slam And Roll implementa un sistema de zoom dinámico, de tal forma que lo acomoda a la posición de los dos jugadores (si es que estamos jugando en cooperativo) y se acerca o aleja de la acción según corresponda.
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No podía faltar la clásica fase de bonus de recolección |
En un juego de este estilo, gráficos y música están al servicio de la jugabilidad. En este caso la complementan perfectamente. Quizás en alguna pantalla concreta alguna plataforma resulta un poco confusa, pero suelen estar bastante bien diferenciadas, para saber dónde podemos saltar y por dónde no podremos pasar. Las voces digitalizadas a veces resultan un poco machaconas, pero creemos que conforman la propia personalidad artística del juego, junto con el estilo gráfico empleado. La interfaz está disponible en 10 idiomas diferentes, lo que denota un gran esfuerzo de localización.
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Este mensaje no necesita traducción alguna |
Por ponerle un pequeño pero, la mayoría de enemigos implementan patrones de comportamiento que recuerdan bastante a los de Snow Bros. y, al haber divergido la jugabilidad, quizás no encajan tan bien. También ocurre lo mismo con algunos jefes finales.
El título dispone de tabla de puntuaciones online, que siempre supone un acicate para volver al juego y superar nuestro desempeño en pos de una posición más alta en el ranking. También, en aras de la rejugabilidad, podremos anotarnos la consecución de hasta 50 logros.
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Vamos a durar poco tiempo tan arriba de la tabla |
En definitiva, Slam And Roll nos propone una experiencia arcade para la que ofrece diversas aproximaciones: bien partidas rápidas (más o menos rápidas según nuestra habilidad) para superar nuestra mejor puntuación (o la de otros jugadores en el ranking global), bien un “modo historia” que ir completando con calma, a la par que vamos desentrañando todos sus secretos, pero que en ningún caso será un paseo. Desde luego que vamos a sudar la gota gorda para conseguir todos los trofeos y escalar a una posición de honor en la tabla de mejores puntuaciones mundiales.
Agradecemos a Jaime Domínguez tanto habernos facilitado el código de descarga para probar el juego como su disposición para charlar sobre diversos aspectos del mismo.